Mini Tiestos con chalk paint
Hola!!
Para esta semana he estado preparando estos mini tiestos a partir de unos botes de paté y usando la famosa chalk paint o pintura de tiza.
Chalk paint es un tipo de pintura acrílica con base de agua, con lo que trabajar con ella es muy sencillo, como si fuera una pintura normal. La diferencia es que tiene una parte de yeso o escayola, lo que nos permite usarla para pintar cualquier superficie sin necesidad de prepararla antes y nos deja un acabado empolvado o encerado, de estilo shaby, que tan de moda esta últimamente. También nos permite pintar encima con tizas, como si fuera una pizarra de verdad.
Podemos usarla para pintar todo tipo de superficies: paredes, muebles, telas, fibras naturales, vidrio, metales, etc, sin necesidad de usar una imprimación previa, da igual que esté pintado, barnizado u oxidado. Tiene una textura muy densa y cubriente, aunque generalmente es necesario aplicar dos capas de pintura, pero dependerá del color que estemos usando, de la superficie que queremos aplicar...y un pequeño lijado entre capa y capa. Y para protegerlo y evitar que la pintura se roce o se arañe podemos usar un barniz transparente al agua o ceras protectoras.
Esta marca de pintura es creación de Annie Sloan. Aquí os dejo la página oficial, donde podeis ver más cosas sobre esta pintura, dónde comprarla, tutoriales, etc.
Sin embargo, para el tutorial de hoy, vamos a hacer nuestra propia pintura de pizarra. Es muy sencillo y sólo necesitamos tres cosas:
- 3 partes de pintura acrílica de cualquier color
- 1 parte de escayola o yeso fino
- 1 parte de agua caliente
Estas cantidades son orientativas. En función de lo que vayáis a pintar, podéis diluir la un poco más añadiendo más agua o más pintura. Y si os es más fácil, también podéis sustituir el yeso por tizas machacadas.
Lo primero que hacemos es mezclar el yeso con el agua, sin que nos queden grumos, y después añadimos la pintura, en mi caso blanca. Si usáis yeso, la mezcla se irá espesando según vayáis trabajando mucho más rápido que con la escayola o la tiza, con lo que tendréis que añadir un poco de agua de vez en cuando. Yo os aconsejo que no hagáis mucha cantidad de golpe porque se os quedará duro.
Ahora ya sólo tenemos que pintar nuestros tarritos. Yo lo he hecho todo en la misma dirección, siguiendo la circunferencia del recipiente, y sin tener mucho cuidado, para luego lijarlo y que se siguieran notando los brochazos.
Según se vaya secando la pintura, veremos que va cubriendo más. Dejamos secar bien y lijamos un poquito, con una lija fina, para que el acabado sea más suave, insistiendo en zonas donde se haya acumulado mucha pintura.
Para dar el colorcillo envejecido he usado lo primero que pillé por casa, el típico reparador de muebles que todos tenemos, aunque también podéis usar betún para zapatos o algo similar. Supongo que no es muy glamouroso para poner en un blog, pero el color era perfecto y me venía a mano XD. El caso es que lo fui dando con un trapito, un poco más oscuro en los bordes y más claro en el resto. Después di otra capa de pintura, pero esta vez, un poco más diluida que la primera. En algunas zonas, la pintura se mezclará con el tinte y quedará como manchado.
Cuando este bien seco, lo lijamos otra vez, para darle el acabado final y descubrir un poco más las partes oscuras, en los bordes sobretodo. En algunas zonas podéis lijar hasta descubrir el vidrio y que quede más rústico. Luego, para protegerlo y para que no manche mucho, le damos una capa de barniz transparente al agua. Yo he usado el mate, para no estropear el acabado de la pintura, que es muy suave, pero podéis usarlo con brillo si os gusta más.
Así quedaron mis tres tarritos ya secos y barnizados.
Y ya sólo os queda añadir algún adorno, como flores, cuerda o washi tapes o lo que se os ocurra. En este otro post podéis ver cómo hacer unas suculentas de papel para poner dentro.
Según se vaya secando la pintura, veremos que va cubriendo más. Dejamos secar bien y lijamos un poquito, con una lija fina, para que el acabado sea más suave, insistiendo en zonas donde se haya acumulado mucha pintura.
Para dar el colorcillo envejecido he usado lo primero que pillé por casa, el típico reparador de muebles que todos tenemos, aunque también podéis usar betún para zapatos o algo similar. Supongo que no es muy glamouroso para poner en un blog, pero el color era perfecto y me venía a mano XD. El caso es que lo fui dando con un trapito, un poco más oscuro en los bordes y más claro en el resto. Después di otra capa de pintura, pero esta vez, un poco más diluida que la primera. En algunas zonas, la pintura se mezclará con el tinte y quedará como manchado.
Cuando este bien seco, lo lijamos otra vez, para darle el acabado final y descubrir un poco más las partes oscuras, en los bordes sobretodo. En algunas zonas podéis lijar hasta descubrir el vidrio y que quede más rústico. Luego, para protegerlo y para que no manche mucho, le damos una capa de barniz transparente al agua. Yo he usado el mate, para no estropear el acabado de la pintura, que es muy suave, pero podéis usarlo con brillo si os gusta más.
Así quedaron mis tres tarritos ya secos y barnizados.
Y ya sólo os queda añadir algún adorno, como flores, cuerda o washi tapes o lo que se os ocurra. En este otro post podéis ver cómo hacer unas suculentas de papel para poner dentro.
Espero que os haya gustado!!!
Volved pronto!!!
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