15 noviembre 2014

Flor gigante de papel

Hola!!!

Últimamente no hago más que preparar tutoriales de cosas que tenía hechas de esta primavera y que no había tenido tiempo de subir para ponerme un poco al día. Entre otros, tenía esta preciosa flor de papel pinocho que me tiene enamorada. Estaba impaciente por poder utilizarla para algo y en esta sesión de fotos quedó perfecta. Por supuesto, gracias al fantástico trabajo de Julián Rojas y sus maravillosas fotos.

Materiales

El papel pinocho, o papel crepe, lo podéis encontrar de dos tipos, uno más grueso que otro. Para la flor tenéis que coger el más grueso, para que los pétalos tengan más consistencia y se mantengan rectos, si no se doblan y se caen hacia abajo. Para las hojas yo use del fino, pero no importa tanto porque van con un alambre debajo que las sujeta, asi que usad lo que queráis.

La cinta floral es un cinta semi-adhesiva que se pega al alambre y se queda fija. Yo la he comprado verde, que es la más habitual, pero la hay en varios colores. La podéis encontrar en las tiendas de manualidades.

La plantilla os la podéis descargar de la web de Martha Stewart e imprimirla al doble de lo que sale. Por si os es más fácil, yo os dejo al final del post un pdf con los pétalos ya adaptados al tamaño de un folio, aunque también lo podéis imprimir en A3 o del tamaño que os apetezca.

Una vez que la tengáis recortada, vamos a pasarla al papel crepe. Necesitamos 6 pétalos de los sencillos y 15 de los de forma de corazón, aunque podéis añadir más si lo preferís. Tenéis que aseguraos de que cortáis los pétalos de forma que el rayado del papel queda vertical en cada pétalo. Esto es importante porque en esa dirección el papel tiene mayor rigidez.

Ahora cogemos cada pétalo con las dos manos por la parte más ancha del corazón y lo estiramos desde el centro hacia fuera, de forma que los pliegues verticales se estiren y coja cierta forma de pétalo. Después, con un boli redondeamos las dos partes redonditas de arriba, unas hacia dentro y otras hacia afuera, como os guste.

Ahora vamos a por el tallo. Cogemos un par de trozos de alambre del largo que queramos y los enroscamos un poco entre ellos para que se mantengan juntos. Si vuestro alambre es más fino podéis usar tres o cuatro trozos o los que necesitéis para que se mantenga derecho. Ahora vamos enrollando la cinta floral desde un de los extremos, colocándola un poco inclinada para ir avanzando hasta el final, bien apretada para que sujete los alambres y no haga arrugas.

Una vez que lo tengamos todo cubierto ya podemos empezar a colocar los pétalos. Cogemos primero los que tienen forma de lágrima y los colocamos enrollados sobre el alambre. Los fijamos con un poco de pegamento y luego los recubrimos con un poco más de cinta floral. Así vamos añadiendo todos los pétalos.

Al final, cuando los hayamos puesto todos, recubrimos bien toda la parte inferior con más cinta floral para que se mantenga todo bien sujeto.

Recortamos las hojas del cáliz en el papel verde y las enrollamos entorno a la flor, sujetándolo también con cinta floral.

Para las hojas cogemos otros dos trocitos de alambre y los forramos de cinta dejando un trozo del final sin cubrir. Pegamos las hojas al alambre desde la mitad mas o menos. Si veis que se os quedan muy finas podeis unir dos hojas de papel para que tenga más consistencia.

Ahora las clavamos en el tallo de la flor, metiendolo bajo la cinta floral con cuidado de no romperla y poniendo un poco de pegamento para que se sujete mejor. Luego damos unas cuantas vueltas con la cinta por encima para tapar un poco la zona de unión y reforzar el resto.

Ya solo nos queda colocar un poco los pétalos en su sitio, doblarlos un poco más o lo que os vaya pareciendo para dejar la flor lo más natural posible.